miércoles, 7 de julio de 2010
¿Cómo mantener tu poder y tu estatus en una interacción?
La Curacion Para La Codependencia:Cada persona es responsable de si misma.
No es fácil, pero si es sencilla, se basa en la premisa que han olvidado o que nunca aprendieron:
CADA PERSONA ES RESPONSABLE DE SI MISMA.
Implica aprender una conducta a la que se dedicaran a cuidar de sí mismos.
REGLAS BÁSICAS DEL CUIDADO DE TI MISMO
EL DESAPEGO no es la separación de la persona que te importa, sino de la agonía del envolvimiento. Desapegarse significa que les permites a los demás ser como son, les das la libertad de ser responsables y de madurar y te das la misma libertad, vives tu propia vida al máximo de tu capacidad. Luchas por discernir qué es lo que puedes cambiar y qué no. Significa vivir el momento presente, vivir en el aquí y el ahora.
AUTOCONTROL
Dejar de reaccionar. Reaccionar significa actuar de manera impulsiva sin reflexión para ello:
No debes tener miedo a la gente, es como tu.
No debes dejar tu poder para pensar y sentir.
No tomemos las cosas tan a pecho (a ti, a los eventos y a las otras persona).
Jamás debes tomar la conducta de otra persona como el reflejo de tu autoestima.
No tomes el rechazo como reflejo de tu autoestima.
No tomes las cosas de manera tan personal.
Tampoco te aflijas por pequeñeces.
Libérate, no intentes controlar algo que no puedes: LA VIDA MISMA.
No juegues a la víctima eres libre y sabes tomar decisiones.
No dependencia significa: Vivir tu propia vida.
Tienes la responsabilidad de identificar tus necesidades y satisfacerlas.
Tienes la responsabilidad de solucionar tus problemas o de aprender a vivir con aquellos que no puedes resolver.
Eres responsable por las elecciones que haces, de lo que das y de lo que recibes, de fijar tus metas y de cumplirlas, de disfrutar de tu vida, de la cantidad de placer que encuentras, de amar a alguien y de la manera en que expresas ese amor, de lo que haces a los demás y de lo que permites que otros hagan.
Ten un romance contigo misma.
Aprende el arte de la aceptación el cual tiene 5 etapas: Negación, Ira, Regateo, Depresión, Aceptación.
Siente tus propios sentimientos, asume la responsabilidad de tu yo emocional.
Fíjate metas.
Mejora tu comunicación.
Pon límites.
Cuida tu físico.
No beses sapos esperando príncipes.
Deja de tratar de confiar en quien no confías.
Aprende a ver a la gente con claridad.
Aprende a vivir y a amar.
Fuente:http://www.lasdrogas.info/foro/viewtopic.php?t=618
Una reflexion:
Chicos este "Texto" como pueden ver tiene una fuente...
En esa fuente podran hallar otro texto interesante repartido en "2 o 3 "partes....se que puede resultar cansador leer y leer..
Asique...mas o menos para eso viene esta reflexion...lo que mas me motivo a escribirla fue en el momento en que me di cuenta que este texto viene de una pagina de "autoyuda" para mujeres.
En verdad he tenido, la larga experiencia de escuchar interminablemnte a la mujeres cuando ellas se dicen a si mismas :
"si! que gran texto!! tenemos el poder para cambiar!" ( muchos ya sabemos donde terminan esas frases..solo revisemos nuestras propias conductas)..y demas frases que parecen poderosas de por si...es mas!, dan tal fortaleza por que nos sentimos identificados.....en el caso de las mujeres me parece que ocurre con mayor medida",por una cuestion psicologica estan mas "condicionadas" a sentir la "dependencia emocional".pero tengan en cuenta que este texto que ustedes leen AHORA se encuentra en un BLOG DE SEDUCCION...o SEA este que esta leyendo ahora.Y debe ser interpretado dentro de ese contexto.(Y LA OTRA RAZON QUE ESCONDE ESTE PENSAMIENTO "es que si soy lo suficientnemente positivo entonces esa persona a la que soy dependiente por fin me amara y me aceptara , pero como las palabras sin una extructura que nos muestre por donde comenzar, sin una extructura que nos haga revisar nuevos conceptos.. siempre termina por frustrarnos mas...y seguimos en el mismo camino conocido , por esa razon los libros de autoyuda por si solos no sirven y entonces caemos en la cuenta de que no se trata de ser positivo , algo mas debe haber, y eso es lo que hay que averiguar)
Tengan presente que si no se adentran al mundo de la seduccion muy dificil sera cambiar estos patrones contraproducentes.
Chicos! puede llevarles largo tiempo ....no basta con decir: "si! vamos a cambiar!!!"
No es suficiente......en verdad puede tomarles mucho tiempo.....necesitan adentrarse en el conocimiento...salir de su ignorancia....entender...pero primero hacer......chicos!! repito...este texto debe ser tomado desde el punto de la Seduccion..deben adentrarse en ese mundo!
Deben primero conocer ese mundo...para por fin ver esa "realidad" , de lo contrario caeran en un vacio.
Es importante que lo hagan...existe una extructura......!!
Espero que tomen estas palabras...los libros de autoyuda sin extructura terminan por ser "pan para hoy , hambre para mañana"
No subestimo a las mujeres.....pero esto va mas alla de usar frases positivas..
Sino captan lo que trato de decirles les dejo como dato esta pregunta : cuantas veces han querido aconsejar a una mujer..para que esta luego haga todo lo contrario??
Imagino que a muchos se les abrira ese interrogante de por que razon sucede eso.....o no?
Bueno la seduccion ha resuelto ese "interrogante"....y no pueden saltearse esa parte...!
Todo tiene su razon de "ser"..
Para finalizar no quiero dejar de hacerme a mi mismo esta pregunta...mas que nada saber si algunos de los que pueden sentirse "ofendidos"..o no se.....quizas en alguna parte alguien halla encontrado el "tratamiento" que lo ha hecho libre.....y que no fue necesario cambiar sus paradigmas.......si lo hay...por favor no deje de responder a este post!
¿Qué es codependencia? 1Parte
Codependencia es una herida en el Ser que genera dificultades a la hora de relacionarnos y sabotea la posibilidad de crear amor e intimidad en nuestra vida. Nos impide apreciarnos y querernos tal como somos, escuchar a nuestro guía interior y confiar. Afecta a nuestra autoestima y creatividad. Hace que tratemos de llenar nuestras carencias con alguien, que repitamos patrones que desembocan en relaciones conflictivas o desdichadas. Nos hace sentir dependientes, o su reverso, nos impulsa a no crear lazos profundos de amor y amistad.
El origen de nuestra codependencia reside en las experiencias no integradas de nuestra infancia que de adultos proyectamos inconscientemente en la pareja, en los amigos y en las figuras de autoridad. Experiencias pasadas que nos marcaron y que condicionan negativamente nuestro presente en forma de miedos, corazas, bloqueos, sentimientos de incomprensión, vergüenza, abandono, culpabilidad o resentimiento.
Sanación del Niño Interior
Detrás de la personalidad de adulto tenemos una base emocional muy vulnerable y sensible marcada por las experiencias traumáticas de nuestra infancia. A esta parte de nuestro interior la llamamos: el niño/a interior. En nuestra vida cotidiana el niño interior percibe y interactúa con el mundo que le rodea dirigiendo inconscientemente nuestras emociones y nuestro comportamiento.
El desconocimiento, la negación o la minimización de nuestro niño interior herido –de nuestra base emocional–, hace que atraigamos personas o circunstancias que no colman nuestras necesidades, que a menudo nos sintamos rechazados o traicionados, que desarrollemos relaciones que generan dependencia, desconfianza, resentimiento, sentimientos de culpa o impotencia. O que tratemos de aliviar nuestra frustración o inseguridad con comportamientos adictivos, encerrándonos en nuestro propio mundo, refugiándonos tras una coraza que aumenta la sensación de soledad o vacío.
¿Qué es codependencia? 2 Parte.
¿Qué es codependencia?
Definición
El codependiente suele olvidarse de sí mismo para centrarse en los problemas del otro (su pareja, un familiar, un amigo, etc), es por eso que es muy común que se relacione con gente"problemática", justamente para poder rescatarla y crear de este modo un lazo que los una. Así es como el codependiente, al preocuparse por el otro, olvida sus propias necesidades y cuando la otra persona no responde como el codependiente espera, éste se frustra, se deprime e intenta controlarlo aún más. Con su constante ayuda, el codependiente busca generar, en el otro, la necesidad de su presencia, y al sentirse necesitado cree que de este modo nunca lo van a abandonar.
La cura para ...(parte 2): El Victimismo: La Costumbre de Culpar
El lenguaje, se aprende en sociedad, está limitado por la forma de cultura que aprendemos y nos permite darle nombre a personas, objetos y situaciones. Si no disponemos de un nombre para expresar situaciones o experiencias podemos sentirnos confundidos. También el lenguaje nos permite usar esos nombres asignados para describir lo que experimentamos, aunque las describamos prejuiciado por aprendizajes previos. La interpretación la hacemos con pensamientos o verbalizaciones y consiste en darle sentido racional a las cosas, opinar sobre ellas, descifrar lo que significan en nuestro código personal.
En cuanto a los otros dos recursos, la memoria y la imaginación, diremos que la memoria, facultad superior vinculada al cerebro, nos permite almacenar y recordar experiencias e interpretaciones, mientras que la imaginación sirve para pensar en lo que no existe y visualizar cómo será o sucederá.
Estos cuatro recursos los usamos para conformar una opinión compleja acerca de nosotros, que conocemos como la autoimagen, base, por cierto, de toda nuestra actuación social. Esa autoimagen surge de acuerdo con la forma como hemos sido tratados, lo que hemos experimentado, como hemos interpretado nuestras experiencias y las consideraciones que hacemos sobre lo que podemos o no, hacer, lograr y disfrutar. Se habla de autoimagen negativa o positiva, si la manera de percibirnos es favorable o desfavorable, lo cual repercute en toda nuestra autoestima.
Esa autoimagen la fortalecemos y protegemos férreamente, la mayoría de las veces sin notarlo, a través de varios mecanismos de defensa entre los cuales mencionaré únicamente el de proyección. La proyección, concepto utilizado en principio por Sigmund Freud, sugiere que las personas recurren a la estrategia mental de colocar afuera, en el mundo exterior, algo que realmente les pertenece o es creación. Es una operación mental a través de la cual la persona se niega a responsabilizarse por una experiencia o situación causada o vivida por ella, y la coloca como causada por otras personas o cosas. Aquí, se da origen, cuando se hace habitual, a lo que podríamos denominar la personalidad de víctima.
La personalidad de víctima o el victimismo, consiste entonces en defenderme de posibles situaciones de malestar, a través del no reconocimiento y proyección externa (hacia otra persona o cosa) de determinada situación. Si una persona llega tarde al trabajo, dirá que la causa es el tránsito automotor, la lluvia, alguna otra persona o cierta eventualidad. No pensará que la tardanza se debe a que no se organiza, a un hábito que no ha notado que tiene, al mal cálculo del tiempo, o a una protesta metafórica que hace contra el jefe, el trabajo o la empresa.
Aunque es una realidad frecuente la existencia de personas que se sienten poderosos y privilegiados y que se aprovechan de su rol o su capacidad para imponer conductas y métodos abusivos en contra de otros menos privilegiados en lo político, lo económico o lo social, también lo es que la existencia de quienes se sirven del victimismo para ganar atención o compasión. Estos se muestran débiles y maltratados para encontrar el apoyo de otros y evitar tener que realizar los esfuerzos que su situación de vida, natural o adquirida les impone.
Una forma rabiosa de victimismo, consiste en molestarse por que otros no son como nosotros o como deseamos que sean. En estos casos la tendencia es a atacarlos, acusarlos, etiquetarlos para dañarlos moral, emocional o físicamente. Esta demostración de intolerancia excluyente, que por inconsciencia e ignorancia espiritual, suele verse amparada por ideologías y credos que ocultan lo que en realidad no es más que simple y llana conducta patológica.
Todos hemos actuado desde como víctima: niños, jóvenes, adultos y ancianos, hombres y mujeres, negros, indios y blancos, pobres, ricos. No hay excepción a esta regla y la razón es que, salvo algunos privilegiados, las personas no conocen la forma como funciona su mente, como crean una realidad falsa basada en pensamientos irracionales que generan conflictos y sufrimiento. ¿Y cuáles serían las soluciones?
1- Acepte que suele vivir desde una posición de víctima, sin negarlo o evadirlo.
2- Decida vivir desde una nueva posición mental, la responsabilidad de causa, lo cual consiste en aceptar que en alguna medida y a veces totalmente, es usted responsables de cuanto ocurre y acepta que ocurra en su vida. Pregúntese: ¿Qué estoy haciendo para que esto me este sucediendo?
3- Acepte la nueva premisa de que usted no reacciona ante los eventos, situaciones o personas, sino a su interpretació n u opinión acerca de ellos. No es lo que hacen sin lo que usted considera que deberían o no deberían hacer, lo que le afecta.
4- Descubra la lista de personas y excusas que tiene para victimizarse.
5- Manténgase alerta y relajado, para evitar reaccionar automáticamente.
6- Pida a una persona cerca que le indique si se está victimizando.
7- Algún amigo cercano o pareja que le muestra cuando se victimiza.
La Cura para la codependencia (Parte 3):El desapego
Suena la radio y un cantante anónimo de voz triste y suave repite sin cesar las mismas palabras: "nada tiene sentido si tú no estás". Tantas veces hemos escuchado frases como esta que ya apenas nos damos cuenta de su verdadero significado y el peligro que encierran.
La persona codependiente piensa que no puede vivir sin su pareja, se funde con ella hasta el punto de llegar a perder su propia identidad y vive para ella en vez de vivir su propia vida. Piensa que lo que siente es un amor inmenso, una pasión maravillosa y sin fronteras, pero no es amor eso, sino dependencia y adicción. Se enamora de repente, como en un estallido, un flechazo y, confundiendo el deseo con el amor, piensa que tiene delante a la persona ideal. No son conscientes de que darlo todo por la otra persona supone una negación de uno mismo y de los propios deseos y necesidades. El codependiente se deja a sí mismo completamente de lado para anteponer siempre a su pareja. Y de lado ha de quedar también todo sentimiento negativo. La rabia, el dolor, el sufrimiento...; todo esto lo percibe como una amenaza terrible porque podría llevarle a perder lo que más ama, lo que es toda su vida y todo su mundo: su gran amor. Hace todo lo posible por mantener la paz y niega el conflicto y la confrontación, sin darse cuenta de que negar el conflicto supone negar la intimidad. No podemos tener una relación íntima con alguien con quien no podemos discutir un problema o algo que nos hace enfadar. No hay manera de resolver un conflicto si una de las partes prefiere ignorarlo y la relación sólo puede darse a un nivel superficial.
El miedo al abandono es su mayor miedo.
Pero no el único. También tiene miedo de su propia dependencia, de perder por completo su identidad cada vez que renuncia a sus propios valores, principios o aficiones, para adoptar los de su pareja, que son los únicos que importan. Niega sus sentimientos del mismo modo que se niega a sí mismo, le cuesta identificar en sí mismo los sentimientos negativos. Y esta represión de sentimientos se transforma en una necesidad de sentir a través de su pareja. Pero no puede tener nunca suficiente, pide más: más amor, más dedicación; "quiéreme como yo te quiero a ti", le exige. Trata de controlarla, manipularla, porque ahora la vida de su pareja le pertenece a él o ella: es su propia vida, y trata de convertir a esta persona en su amor perfecto, aquél que satisfaga todas sus necesidades y llene el pozo sin fondo de un amor insaciable. Trata de evitar que se aleje, no quiere que cambie, que crezca como persona por miedo a que despliegue sus alas y eche a volar. Tiende a crear dependencias hacia él o ella en los demás.
No encuentra nunca lo que busca por que en realidad eso que tanto anhela es su verdadero yo.
Ese yo que se perdió en algún rincón de su propia oscuridad, tal vez en su infancia, y que sólo podrá encontrar en su interior; nunca en los demás. Perdieron ese yo cuando abdicaron de su vida y de sí mismos porque se sentían avergonzados de ser quienes son, se consideraban personas vacías, sin sentido y sin valor. Carentes de la autoestima suficiente como para sentirse valiosos por sí mismos, por ser quienes son, por amor y aceptación de sí mismos, se lanzaron al exterior en busca de esa fuente de autoestima, de alguien que les demostrara que son valiosos y dignos de amor. Pero ese alguien tiene que demostrárselo una y otra vez, porque, de algún modo, perciben la fragilidad de esa identidad prestada, conscientes sólo en las sombras de que le han dado a la otra persona todo el poder necesario para hundirles en la desgracia más absoluta, robarles su identidad, transformarlos en seres insignificantes y sin valor con un simple rechazo, un "ya no te quiero"... Entonces sienten miedo, rabia, resentimiento, inmediatamente reprimidos. Se ven a sí mismos como seres altruistas y abnegados, dedicados a su pareja, a través de la cual definen su propia identidad, hasta que un día, por cualquier motivo, por muchos motivos, desaparece de sus vidas: "te abandono", le dicen. Y el codependiente escucha entre brumas las palabras más aterradoras que podría escuchar en toda su vida. Con su amante desertor se va todo su mundo, su vida se esfuma de repente, se queda solo. Mira a su alrededor y ve que no tiene nada, excepto el vacío, la desesperación, la incertidumbre. "La vida ya no tiene sentido", piensa, " todo lo que me importaba ha desaparecido". Y ya no sabe quién es.
Pero tarde o temprano el resentimiento y la frustracion acaban emergiendo como resultado de ese miedo.
¿Cómo no estar resentido con la persona que tiene el poder de dejarle sin vida y sin identidad? Y a pesar de la tendencia a la represión no son infrecuentes los estallidos de cólera y rabia contra esa persona, a veces en forma de agresión pasiva. A esto hay que añadir que se ofende con gran facilidad ante la menor crítica, porque su valía como persona está en juego cada vez que alguien, sea quien sea, lo juzga. Entonces actúa de dos maneras: o le da la razón a los otros, en cuyo caso se siente estúpido y sin valor, o piensa que los otros se equivocan, en cuyo caso los ataca con fiereza para demostrar su error, hacerles aceptar que se han equivocado y restaurar así su autoestima perdida. Y todo esto puede ser más intenso con su pareja, ya que es la persona a la que más poder sobre su autoestima le ha dado.
En sus relaciones de pareja las cosas no ocurren como esperaban.
En muchas ocasiones se sienten atraídos por personas que establecen también relaciones disfuncionales. Como si tuvieran un radar detector de gente con problemas, se enamoran de quien no deben, en ocasiones de alcohólicos y drogadictos a quienes poder "salvar". Porque para el codependiente no es suficiente sentirse amado: tiene que sentirse también necesitado. El alcohólico tiene un problema lo bastante grande como para justificar la necesidad de control de su pareja codependiente, la necesidad de centrarse en la vida de la otra y olvidar la propia. Sufre enormemente pero no sale de esa situación porque "le ama". En realidad es porque lo necesita; necesita alguien que dependa de él o ella tanto como para no poder abandonarle nunca. No establecerá una relación con alguien que no lo necesite de un modo exagerado y patológico, no mantendrá una relación con una persona psicológicamente sana que no se hunda en un abismo si su pareja la abandona. No piensa que alguien le pueda querer porque sí, por quien es y ha de basar su relación en una dependencia mutua. Por eso es el alcohólico su pareja ideal. Estas relaciones tienen, sin embargo, un lado positivo: al compartir ambos heridas semejantes, tendrán una oportunidad para sacar a la luz problemas no resueltos y solucionarlos... Si son capaces de darse cuenta...
El trabajo que tendria por delante en caso de emprender el camino que conduce a su identidad es inmenso (aunque siempre posible).
La persona codependiente tiene entre ella y los demás unas fronteras demasiado débiles. El miedo al rechazo de los otros, a desatar su rabia o a hacerles sufrir (sentimientos que piensa que podrían llevarla al rechazo o a la falta de aceptación) le impide ser asertiva y decirle a los demás que no va a tolerar ciertas cosas, que hay ciertas líneas que no deben cruzar: sus fronteras.
Tienen que aprender a ponerse en contacto con sus verdaderos sentimientos, a hacerse responsables de dichos sentimientos y de sus vidas, dejar de controlar a los demás, dejar de ser su sombra, aprender que no es egoísmo la libertad, que no es egoísmo tener en cuenta las propias necesidades. Tienen que dejar de buscar la fuente de su autoestima en los otros, de buscar la aprobación constante de los demás.
Cuando los demás están orgullosos de ellos, se sienten felices y su autoestima aumenta, y cuando los demás los desprecian se sienten desgraciados y su autoestima disminuye. De ese modo están dejando que los utilicen si lo desean, harán cosas que no quieren hacer por miedo a decir que no, se verán aceptando relaciones sexuales cuando en realidad no querían, aceptarán el abuso y los malos tratos porque "en el fondo me quiere".
Debe aprender a quererse a sí mismo, porque de otro modo jamás conseguirá querer a nadie, sólo los utilizará, los necesitará para que le den el amor que no se tiene. "La paradoja de aprender a amarse a uno mismo es esta: cuanto más amor te das a ti mismo, más amor tienes para dar a otros. La cuenta del amor nunca se queda vacía", dice alguien anónimamente.
La Cura para la codependencia (parte 4):Buscando el amor afuera
Mirar atras puede ser parte de lo que tengan que hacer en su camino en busca de la identidad perdida.
Heridas del pasado, errores transmitidos de generación en generación que se aprenden y se repiten una y otra vez mientras no haya un miembro de esa familia que se atreva a analizar en profundidad su comportamiento y el de sus padres para poder cambiar. Y lo peor es que a veces repiten lo mismo a pesar de ser conscientes de que no quieren hacerlo. El resultado es que lo hacen, pero por otro camino, con otras técnicas que utilizan para transmitir, al fin y al cabo, exactamente lo mismo: "no está bien hablar de los problemas; guardalos para ti"; "no está bien expresar enfado"; "no seas nunca egoísta"; "sé siempre fuerte y bueno"; "haz siempre lo correcto; no cometas errores"; "la aprobación de los demás es muy importante; tienes que gustarles; tienes que aceptarlos; no dejes nunca que piensen mal de ti"; "yo sé lo que te conviene; sé lo que necesitas, sé lo que es mejor para ti". Estas personas pueden necesitar mirar atrás no para buscar culpables ni para centrarse en el pasado y lamentar una y otra vez lo sucedido, sino para saber, para comprender, para cortar la cadena y no repetir nunca más.
Probablemente escucharon muchas veces la frase "eso no se hace" y les hicieron sentir vergüenza. Se sienten culpables porque lo que desean es diferente de lo que hacen, y van por el mundo con una enorme carga de estrés, con un enorme gasto de energía derrochada en esconder sus verdaderos sentimientos y su yo más auténtico. Están muy cansados...
Piensan que esta mal anteponer sus necesidades a la de los otros.
Piensan que eso es ser egoísta, sin darse cuenta de que lo que están haciendo es considerarse menos importantes y valiosos que cualquier otra persona. Es normal y deseable preocuparnos por el bienestar de otras personas y ayudarles cuando está en nuestra mano. La clave está en los motivos por los que hacemos este tipo de cosas. Los codependientes quieren algo a cambio: intentan conseguir el amor y aceptación que necesitan de esa persona. No es un acto de amor, sino de dependencia.
Por supuesto, no hay nada malo en hacer un pequeño sacrificio de vez en cuando e ir a ese lugar al que no deseamos porque alguien a quien queremos nos lo pide, siempre y cuando nuestros motivos sean sinceros y no lo hagamos por miedo a perder el amor de esa persona o sentirnos rechazados o ser considerados malas personas. Negarnos a hacer algo que no queremos hacer es un derecho que la persona codependiente tiene que aprender a ejercer más que nadie. Solamente los niños merecen y necesitan un amor incondicional. En los adultos siempre traerá problemas.
Seria muy injusto dejar de mencionar el lado positivo de la personalidad codependiente.
Tras sus problemas de dependencia se encuentra un fondo noble, amable y altruista. Son a menudo las personas más dulces, pero si su verdadero ser está siendo negado y escondido nunca lograrán usar esta forma de ser de un modo constructivo. Una vez recuperadas de su codependencia, son, sin duda, personas que cualquiera querría tener como amigas. Son fieles, dignas de confianza, tienen en cuenta la opinión de los demás y están ahí cuando las necesitas, para lo bueno y para lo malo, dispuestas a ayudarte cuando se lo pidas. Son atentas y saben crear y fomentar buenos sentimientos entre ellas y los demás. Son en sí mismas una paradoja, porque casi cualquiera podría quererlas.
La Cura para la codependencia (parte 4):Buscando el amor afuera
Mirar atras puede ser parte de lo que tengan que hacer en su camino en busca de la identidad perdida.
Heridas del pasado, errores transmitidos de generación en generación que se aprenden y se repiten una y otra vez mientras no haya un miembro de esa familia que se atreva a analizar en profundidad su comportamiento y el de sus padres para poder cambiar. Y lo peor es que a veces repiten lo mismo a pesar de ser conscientes de que no quieren hacerlo. El resultado es que lo hacen, pero por otro camino, con otras técnicas que utilizan para transmitir, al fin y al cabo, exactamente lo mismo: "no está bien hablar de los problemas; guardalos para ti"; "no está bien expresar enfado"; "no seas nunca egoísta"; "sé siempre fuerte y bueno"; "haz siempre lo correcto; no cometas errores"; "la aprobación de los demás es muy importante; tienes que gustarles; tienes que aceptarlos; no dejes nunca que piensen mal de ti"; "yo sé lo que te conviene; sé lo que necesitas, sé lo que es mejor para ti". Estas personas pueden necesitar mirar atrás no para buscar culpables ni para centrarse en el pasado y lamentar una y otra vez lo sucedido, sino para saber, para comprender, para cortar la cadena y no repetir nunca más.
Probablemente escucharon muchas veces la frase "eso no se hace" y les hicieron sentir vergüenza. Se sienten culpables porque lo que desean es diferente de lo que hacen, y van por el mundo con una enorme carga de estrés, con un enorme gasto de energía derrochada en esconder sus verdaderos sentimientos y su yo más auténtico. Están muy cansados...
Piensan que esta mal anteponer sus necesidades a la de los otros.
Piensan que eso es ser egoísta, sin darse cuenta de que lo que están haciendo es considerarse menos importantes y valiosos que cualquier otra persona. Es normal y deseable preocuparnos por el bienestar de otras personas y ayudarles cuando está en nuestra mano. La clave está en los motivos por los que hacemos este tipo de cosas. Los codependientes quieren algo a cambio: intentan conseguir el amor y aceptación que necesitan de esa persona. No es un acto de amor, sino de dependencia.
Por supuesto, no hay nada malo en hacer un pequeño sacrificio de vez en cuando e ir a ese lugar al que no deseamos porque alguien a quien queremos nos lo pide, siempre y cuando nuestros motivos sean sinceros y no lo hagamos por miedo a perder el amor de esa persona o sentirnos rechazados o ser considerados malas personas. Negarnos a hacer algo que no queremos hacer es un derecho que la persona codependiente tiene que aprender a ejercer más que nadie. Solamente los niños merecen y necesitan un amor incondicional. En los adultos siempre traerá problemas.
Seria muy injusto dejar de mencionar el lado positivo de la personalidad codependiente.
Tras sus problemas de dependencia se encuentra un fondo noble, amable y altruista. Son a menudo las personas más dulces, pero si su verdadero ser está siendo negado y escondido nunca lograrán usar esta forma de ser de un modo constructivo. Una vez recuperadas de su codependencia, son, sin duda, personas que cualquiera querría tener como amigas. Son fieles, dignas de confianza, tienen en cuenta la opinión de los demás y están ahí cuando las necesitas, para lo bueno y para lo malo, dispuestas a ayudarte cuando se lo pidas. Son atentas y saben crear y fomentar buenos sentimientos entre ellas y los demás. Son en sí mismas una paradoja, porque casi cualquiera podría quererlas.
La Cura para la codependencia (parte 5):La Rendicion como camino al depertar
La palabra asusta a muchos de mis pacientes pues la relacionan con adicciones y ellos suponen que no las tienen, pero se puede ser adicto o dependiente casi a cualquier cosa, incluido el amor.
Estas personas inventan cualquier excusa para no salir de la relación que los agobia ya que temen enfrentarse a los cambios que esto implica, reciben mal trato de parte de sus parejas y sin embargo, continúan en la relación.
¿Quiénes son codependientes?
Son codependientes aquellas personas que han vivido con alcohólicos, drogadictos, jugadores, comedores compulsivos, fanáticos del trabajo, del sexo, criminales, adolescentes en rebelión, neuróticos u hombres violentos durante algún tiempo prolongado.
Se dice que la CODEPENDENCIA ES UNA MANERA DE SATISFACER LAS NECESIDADES QUE NO SATISFACE LAS NECESIDADES. Se hacen cosas incorrectas por los motivos correctos. ¿Se puede cambiar? ¿Se aprenden conductas más sanas?. Quizá no puedan aprender LA TOTAL SALUD MENTAL, ESPIRITUAL Y EMOCIONAL pero si conductas más sanas, pueden aprender a hacer las cosas de otra manera. Se puede cambiar. La mayoría de la gente quiere estar sana y vivir sus vidas lo mejor posible. Pero no saben actuar de otra manera. No saben qué hacer. La mayoría de los codependientes han estado ocupados respondiendo a los problemas de otras personas y no han tenido tiempo para ocuparse de sus propios problemas.
EL PRIMER PASO HACIA EL CAMBIO ES TOMAR CONCIENCIA. EL SEGUNDO PASO ES LA ACEPTACION.
Si te has identificado como codependiente o si aún tienes dudas, puedes leer las siguientes características y observar qué tantas tienes
CARACTERISTICAS DE LOS CODEPENDIENTES :
BAJA AUTOESTIMA Los codependientes tienden a:
• Buscar desesperadamente amor y aprobación
• Culparse y criticarse por todo, aún por su manera de pensar, de sentir, de verse, de actuar y de comportarse
• Rechazar cumplidos o halagos y deprirse por la falta de ellos (privación de caricias)
• Sentirse diferentes del resto del mundo
• Temer al rechazo
• Víctimizarse
• Les cuesta trabajo tomar decisiones
• Esperar la perfección de sí mismos y se culpabilizan y avergüenzan de ser lo que son
• Consideran que sus vidas no valen la pena por eso tratan de ayudar a otros a vivir su vida y obtienen sentimientos artificiales de autoestima ayudando a los demás
• Desean que otros los estimen y los amen
• Se conforman con sentir que los necesitan
- No se ven como personas con valor ni sienten amor hacia sí mismos
- Se sientes heridos fácilmente
- Se sienten incómodos cuando les hacen cumplidos
- Se sientes solos y vacíos
- Su deseo de hacer las cosas perfectas los lleva a postergar
- Se juzgan a sí mismos con severidad
- Autocríticos; nada de lo que hacen los satisface por completo
- A menudo se comparan con otros
REPRESION Muchos codependientes:
• Empujan sus pensamientos y sentimientos fuera de su conciencia a causa del miedo y la culpa
• Se atemorizan de ser como son.
OBSESION Los codependientes tienden a:
• Sentirse muy ansiosos por los problemas y por la gente
• Pensar y hablar mucho acerca de otras personas
• Vigilar a la gente
• Tratar de sorprender a la gente en malas acciones
• Sentirse incapaz de dejar de hablar, de pensar y de preocuparse acerca de otras personas o de problemas
• Abandonar su rutina por estar tan afectados por alguien o por algo
• Enfocar toda su energía en otras personas y problemas
CONTROL Muchos codependientes:
• Han vivido en situaciones y con personas que estaban fuera de control causando a los codependientes penas y desengaños
• Tienen miedo de permitir que los demás sean como son y no dejan que las cosas sucedan de manera natural
• No pueden manejar el miedo que experimentan frente a la pérdida de control. Piensan que ellos saben cómo deben ser las cosas y cómo debe comportarse la gente
• Tratan de controlar los sucesos y a la gente por medio de su desamparo, de sentimientos de culpa, de coerción, amenazas, manipulación, dominio o de dar consejos.
• Aunque eventualmente fracasan en sus intentos, intentan provocar la ira de los demás, sienten furstración y enojo; se sienten controlados por los eventos y por las personas
- Dificultad para expresar ciertos tipos de sentimientos (dolor, amor, rabia, miedo)
- No se dejan conocer fácilmente. Sólo cuentan aquello que consideran seguro
- Les cuesta reconocer sus errores
- Les cuesta pedir ayuda
- Tienen miedo a perder el control
- Su autoestima aumenta cuando ayudan a otros a resolver sus problemas
- Sienten resentimiento cuando otros no siguen sus consejos o no les permiten ayudarles.
NECESIDAD DE COMPLACER:
- Compromete sus propios valores e integridad para complacer a otros
- No sabe decir "no" y si lo hace se siente culpable
- A menudo mantiene relaciones sexuales cuando en realidad no quería
- Gasta mucho tiempo fingiendo que todo va bien
- Piensa que hacer cosas para sí mismo es egoísta
- Siempre antepone las necesidades de los demás a las propias
- Hace lo que su pareja o amigos quieren que haga en vez de lo que él quiere
- No le dice a los demás que está enfadado
- No expresa sus verdaderos sentimientos porque le preocupa la reacción de los demás
RELACIONES
- Cree en el amor a primera vista
- La gente que es agradable con ellos les resulta aburrida
- Piensa que sus problemas se resolverán si consigue que su pareja cambie
- No puede sentirse bien consigo mismo cuando su relación de pareja no va bien
- Se siente incompleto sin pareja
- Cree que los demás controlan sus sentimientos: pueden hacerle feliz, triste, enfadado, etc.
- Miedo al abandono o al rechazo
- Se siente responsable de los sentimientos de otros
- A menudo siente una rabia exagerada
- Necesita proteger a otros y sentirse necesitado
NEGACION Los codependientes tienden a:
• Ignorar o minimizar los problemas
• Fantasear sobre cómo las cosas mejorarán mágicamente
• Confundirse, deprimirse o enfermarse. Acudir con doctores o tomar tranquilizantes
• Volverse fanáticos del trabajo
• Gastar dinero en forma compulsiva, comer en exceso
• Negar lo que sucede
• Creer en mentiras y mentirse a sí mismos
• Sentir que se están volviendo locos
DEPENDENCIA Muchos codependientes:
• No se sienten felices, contentos ni en paz consigo mismos
• Buscan la felicidad fuera de sí mismos
• Se pegan a cualquier cosa o persona que ellos piensen que les pueda brindar felicidad y se sienten amenazados por la péridad de aquellos.
• A menudo buscan amor de gente que es incapaz de amar
• Creen que los demás nunca estan cuando ellos los necesitan
• Relacionan el amor con el dolor
• Más que amar a las personas, las necesitan
• No se toman el tiempo para juzgar si otras personas les convienen
• Tampoco investigan si ellos aman a otras personas o si estas les caen bien
• Centran sus vidas alrededor de otras personas
• Concentran todos sus sentimientos de bienestar de sus relaciones en los demás. Pierden interes en sus propias vidas cuando aman
• Dudan en su capacidad de cuidarse a sí mismos
• Toleran el abuso para sentir que la gente aún los ama
• Se sienten atrapados en las relaciones
COMUNICACIÓN DEBIL Los codependientes a menudo:
• No dicen lo que sienten, no sienten lo que dicen, no saben lo que sienten
• Piden lo que desean y necesitan de manera indirecta, suspirando por ejemplo
• No estan seguros de saber cuál es el camino correcto
• Hablan demasiado a fin de no comunicar lo importante
• Evitan hablar sobre sí mismos, de sus problemas, sentimientos y pensamientos
• Dicen que tienen la culpa de todo o bien, dicen no tener culpa de nada
• Creen que sus opiniones no importan
• Mienten para protegerse a sí mismos
• Se les dificulta expresar sus emociones de manera honesta, abierta y apropiada
• Creen que la mayor parte de lo que tienen que decir es irrelevante
• Comienzan a hablar con cinismo, de manera autodegradante u hostil
LIMITES DEBILES Los codependientes a menudo:
• Dicen no tolerar ciertas conductas en los demás y poco a poco incrementan su tolerancia hasta que permiten y hacen cosas que habían dicho que jamás harían
• Permiten que otros los lastimen, y se preguntan por qué se sienten lastimados
• Se quejan, culpan y tratan de controlar al tiempo que siguen actuando igual
• Finalmente se enojan y se vuelven completamente intolerantes
FALTA DE CONFIANZA Los codependientes:
• No tienen confianza en sí mismos, no confían en sus sentimientos
• No confían en sus decisiones, no confían en los demás
• Tratan de confiar en gente poco digna de confianza
IRA Muchos codependientes:
• Se sienten asustados, heridos y enojados y reprimen estos sentimientos
• Viven con gente atemorizada, herida y llena de ira
• Tienen miedo de su propia ira y de la ira de otras personas
• Piensan que otras personas los hacen sentirse enojados
• Se sienten controlados por el enojo de otras personas
• Lloran mucho, se deprimen, comen en exceso, se enferman, hacen cosas malvadas y sucias para vengarse, actúan de manera hostil o tienen estallidos violentos
• Sienten cantidades crecientes de ira, resentimiento y amargura
• Se sienten más seguros con su ira que con sus sentimientos heridos
PROBLEMAS SEXUALES
Tienen relaciones sexuales cuando preferirían que los abrazaran, los protegieran y los hicieran sentirse amados
No disfrutan del sexo porque están muy enojados con la pareja, tienen miedo de perder el control
Se alejan emocionalmente de la pareja
Reducen el sexo a un acto técnico
Pierden interes por el sexo
Inventan razones para abstenerse de él
Fantasean o tienen un romance extramarital
LA CODEPENDENCIA ES PROGRESIVA En las etapas tardías de la codependencia, los codependientes pueden:
Sentirse aletargados
Deprimirse, retirarse y aislarse
Experimentar una pérdida total de la rutina diaria y de la estructura
Abusan de sus hijos o son negligentes con ellos y con otras responsabilidades Estan desesperanzados
Planean escapar de una relación que sienten como una trampa para ellos
Piensan en el suicidio
Son violentos
Sufren enfermedades emocionales, mentales o físicas de gravedad
Experimentan trastornos en la alimentación (comer en exceso o demasiado poco)
Se vuelven adictos al alcohol y otras drogas
En síntesis, la codependencia es una dependencia de los demás: de sus estados de ánimo, de su conducta, de su enfermedad o bienestar y de su amor. Es una dependencia paradójica, parece que los demás dependen de los codependientes pero en realidad ellos son los dependientes. Parecen fuertes pero se sienten desamparados. Parecen controladores pero en realidad ellos son los controlados por ellos mismos, a veces por una enfermedad tal como el alcoholismo.
La Cura para la codependencia (parte 6):Date amor a ti mismo.
En lo profundo de mi ser hay una fuente infinita de amor. Ahora permito que este amor aflore a la superficie. Este amor llena mi corazón, mi mente, mi conciencia, mi ser, e irradia en todas las direcciones y retorna a mí multiplicado. Cuanto más amor utilizo y doy, más tengo para dar; la provisión es infinita. El empleo del amor me hace sentir bien, es una expresión de mi alegría interior.
Me amo, por lo tanto, cuido mi cuerpo amorosamente. Con amor lo sustento con alimentos y bebidas que lo nutren; con amor lo arreglo y lo visto y, mi cuerpo responde con amor, con salud y energía vibrantes.
Me amo, por lo tanto me procuro un hogar acogedor, un hogar placentero que llena todas mis necesidades. Lleno todas las habitaciones con las vibraciones del amor, para que todo el que entre, yo incluida, se inunde de amor y se nutra con él.
Me amo, por lo tanto realizo un trabajo que disfruto, un trabajo que utiliza todos mis dones y capacidades; trabajo con y para personas que amo y que me aman y, tengo buenos ingresos.
Me amo, por lo tanto pienso con amor y me comporto con amor con todas las personas, porque sé que lo que doy vuelve a mí multiplicado. Sólo atraigo a personas amables a mi mundo, porque ellas son un reflejo de lo que soy.
Me amo, por lo tanto perdono y libero el pasado y las experiencias pasadas y, soy libre.
Me amo, por lo tanto vivo totalmente en el presente, experimento cada momento como algo bueno y, sé que mi futuro es brillante, dichoso y seguro, porque soy una criatura amada del Universo y el Universo cuida de mí con amor, ahora y siempre.
Me amo.
Louise Hay.
1. Primero, contigo mismo.El Camino del Amor: Los 11 pasos
Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás.
2. Manejar la soledad.
Sólo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación.
3. Sólo se da lo que se tiene.
Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar, y aceptarte para aceptar, porque nadie puede dar lo que no tiene.
4. Paz interior.
Ninguna relación te dará la paz que tú mismo no crees en tu interior.
5. Fantasía que genera frustración.
Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía que sólo trae frustraciones.
6. Autonomía.
Ninguna relación te brindará felicidad que tú mismo no construyas.
7. Autosuficiencia.
Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando, bien convencido, seas capaz de decirle: "No te necesito para ser feliz".
8. Independencia.
Sólo podrás amar siendo independiente hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer.
9. Requerimientos.
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, autoestima, y la práctica de una libertad responsable.
10. Autoestima y madurez.
Ámate a ti mismo, madura, y el día que puedas decirle a esa otra persona "Sin ti me la paso bien", ese día estarás preparado para vivir en pareja.
11. Compartir.
Dos personas que vivan en pareja podrán ser felices sólo cuando se hayan unido para compartir su felicidad, no para hacerse felices la una a la otra.
Conclusión:
"Dos personas se aman únicamente cuando son capaces de vivir la una sin la otra, pero deciden vivir juntas."
La Cura para la codependencia (parte 7):El Apego
Desear se convierte en un hábito que no podemos romper, en una adicción, y de la misma manera que un toxicómano va desarrollando gradualmente tolerancia hacia la droga elegida y cada vez necesita una dosis mayor para intoxicarse, nuestros deseos se aprestan a robustecerse cuanto más tratamos de satisfacerlos. Así nunca ponemos fin al deseo, y, en tanto sigamos deseando, no podremos ser felices.
Otro gran apego es el «yo», el ego, la imagen que tenemos de nosotros mismos. Para cada uno, ese «yo» es la persona más importante del mundo. Nos comportamos como un imán rodeado de limaduras de hierro que automáticamente las ordenará en torno a sí mismo. Tratamos instintivamente, con la misma falta de reflexión, de ordenar el mundo con arreglo a nuestro gusto, buscando atraer lo agradable y repeler lo desagradable. Pero nadie está solo en el mundo, cada «yo» está abocado a entrar en conflicto con otro «yo». El modelo que cada cual intenta crear se ve perturbado por los campos magnéticos de los otros, e incluso nosotros mismos llegamos a convertirnos en objetos de atracción o repulsión. El resultado no puede ser otro que infelicidad, sufrimiento.
Además, no limitamos el apego al «yo», sino que lo ampliamos a lo «mío», a lo que nos pertenece. Todo el mundo desarrolla un gran apego a sus posesiones, porque las asocia consigo mismo, porque sustentan la imagen de su «yo». Este apego no nos causaría problemas si lo que llamamos «mío» fuese eterno y el «yo» durase eternamente para disfrutarlo. Pero lo cierto es que, tarde o temprano, el «yo» se separa de lo «mío»; ese momento no tiene más remedio que llegar y, cuando llegue, el sufrimiento será tanto más grande cuanto mayor sea el apego al «mío».
Pero el apego todavía va más lejos, se extiende a las opiniones y creencias. No importa cual sea su contenido, no importa si son correctas o erróneas, si estamos apegados a ellas, con toda certeza nos harán infelices.
Todos estamos convencidos de que nuestro criterio y tradiciones son óptimos y nos sentimos trastornados cuando oímos que los critican. Nos trastornamos de nuevo si intentamos explicarlos y no nos los aceptan, pues no acertamos a reconocer que cada persona tiene sus propias creencias. Es de todo punto fútil discutir sobre qué opinión es la correcta, sería mucho más provechoso desechas todas las ideas preconcebidas y tratar de ver la realidad, pero nuestro apego a los puntos de vista nos impide hacerlo, manteniéndonos en un estado de infelicidad.
Nos queda, por último, el apego a los formalismos y ceremonias religiosas. Tenemos tendencia a enfatizar las expresiones externas de la religión en detrimento de su significado fundamental y a pensar que quien no realiza esas ceremonias no puede ser una persona verdaderamente religiosa. Olvidamos que, sin su esencia, el aspecto formal de la religión es una cáscara vacía. La piedad en los rezos o en la realización de ceremonias no tiene ningún valor si la mente sigue llena de ira, pasión y malevolencia. Para ser de verdad religiosos, debemos desarrollar el talante religioso: pureza de corazón, amor y compasión por todos. Pero nuestro apego a las formas externas de la religión nos lleva a conceder más importancia a la letra que al espíritu. Olvidamos la esencia de la religión y así seguimos siendo desgraciados.
Todos nuestros sufrimientos, sean cuales sean, van asociados a uno u otro de estos apegos. Apego y sufrimiento van indisolublemente unidos.
William Hart
(Extracto de "La Vipassana. El Arte de la Meditación Budista", Edaf, Madrid 1994)
La Cura para la codependencia (parte 7):La Culpa
Todavía no se ha encontrado explicación a este cambio tan espeluznante. Poco a poco aquella sociedad, -hoy considerada como una utopía-, devino en algo tan complicado, difícil y advenedizo, como la que conocemos en la actualidad, todo debido a un agente contaminante llamado "culpa" que ha invadido el planeta y ha envenenado las relaciones humanas.
La culpa se ha convertido en un artilugio de tortura y sometimiento, desde que alguien (¿?) la inventó para imponer un mapa único de percibir el mundo (el suyo, claro), convirtiendo en barbacoa a todos los que le cuestionaban. Pasarse la culpa unos a otros se ha convertido en el deporte favorito, que ríete tú del fútbol y, también, el más reverenciado, ahí tenemos a nuestros políticos, sin ir más lejos.
En realidad nadie ha visto jamás ni una sola culpa en su vida y pese a que la ciencia no ha encontrado ni rastro de su ADN, ni tampoco en el genoma humano, todos creen fervientemente en ella; nadie sale de casa sin una culpa que dar, y atento a las culpas que le van a dirigir.
Todo esto da que pensar, porque, al contrario de otras posesiones que dan prestigio, la culpa da prestigio a quien no la tiene. Entonces, digo yo, si no tener culpa da prestigio, lo mejor es no tomarla, así se evita uno encontrarse con la tesitura de tenerse que librar de ella "colgándosela" a los demás: al sistema, al gobierno, al jefe, al vecino, a la familia, al perro o al canario.
Eso, además de resultar aburrido, -todo el mundo juega a lo mismo y de la misma manera -, es muy delatador, le pone a uno en evidencia, le desprestigia, porque al pasar la culpa a los demás es señal inequívoca de que se tiene.
En mi opinión, por mucha tradición que sea, no es nada rentable codearse con algo tan retorcido como la culpa. Se precisa un derroche innecesario de energía.
Otra cosa, sin embargo, es la responsabilidad, que según mi diccionario significa: Habilidad de Respuesta. Ergo, una persona responsable es aquella que sabe dar respuestas con acierto, destreza, diplomacia, discreción, ingenio, maestría, pericia, sagacidad, soltura, tacto.
Según estas definiciones, mientras que la culpa esclaviza, la responsabilidad hace libre al ser humano. ¿No es fantástico este descubrimiento?
Además, las personas culpatrices están demasiado ocupadas en auto castigarse por sus errores, que les impide emprender cualquier acción que repare o compense, los daños que éstos hayan causado, y, para protegerse de su propio castigo, suelen pasar "su culpa" a los demás, que, como pelota de ping-pong, no permiten que caiga al suelo.
Las personas responsables, aprenden de sus equivocaciones y a diferencia de aquellos otros, se consideran libres de decidir sobre su propio destino, corren riesgos y se entregan a la experiencia sacándole todo el jugo. No necesitan pasar sus responsabilidades a otros y tampoco asumen las que no les corresponden.
Si pudieras elegir, ¿con cual de los dos grupos querrías que se te asociasen?. ¿Te imaginas un mundo sin culpables y lleno de personas responsables? ¿Tú qué harías?
¿Cómo querrías que la gente te reconociera, como culpatriz o como responsable?. ..................Tú mismo.
Anonimo.
El desapego: Vivir como las flores
- Maestro, ¿qué debo hacer para no quedarme molesto?... Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes. Algunas son indiferentes.Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian.
- ¡Pues, vive como las flores!, advirtió el maestro.
- Y ¿cómo es vivir como las flores?, preguntó el discípulo.
- Pon atención a esas flores -continuó el maestro, señalando unos lirios que crecían en el jardín.
Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos.
Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden. Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos. Y si no son tuyos, no hay motivo para molestarse...
El dolor: Las perlas
Las perlas son producto del dolor... resultado de la entrada de una sustancia extraña e indeseable en el interior de la ostra, como un parásito o un grano de arena. Cuando éste penetra en la ostra, las células de nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas y capas y más capas de nácar para proteger el cuerpo indefenso de la ostra. Como resultado, se va formando una hermosa perla.
Una ostra que no ha sido herida, no puede producir perlas porque las perlas son heridas cicatrizadas...
¿Tienes una herida que te causa mucho dolor? Entonces produce una perla. Cubre cada una de tus heridas con varias capas de amor. La mayoría sólo aprende a cultivar resentimientos dejando sus heridas abiertas... alimentándose con sentimientos pobres, que impiden que las lesiones cicatricen.
En la vida vemos muchas “ostras vacías” no porque no hayan sido heridas, sino porque no supieron perdonar, comprender y transformar un dolor en amor. Vale la pena sonreir ante las heridas que recibimos como un medio de crecimiento personal.
La paciencia: Las pausas
En la pausa no hay música, pero la pausa ayuda a hacer la música.
En la melodía de nuestra vida la música es interrumpida aquí y allá por “pausas”... Y nosotros, sin reflexionar, pensamos que la melodía terminó.
A veces, Dios nos envía un tiempo de parada forzada. Puede ser una prueba, planes fracasados, o esfuerzos frustrados. Y hace una pausa repentina en el coro de nuestra vida. Nos lamentamos que nuestra voz tenga que callarse, y tenga que faltar nuestra parte en la música que sube hasta los oídos del Creador.
Pero, ¿cómo es que el maestro lee la pausa? Él continúa marcando el compás con la misma precisión y toma la nota siguiente con firmeza, como si no hubiese habido interrupción alguna.
Dios sigue un plan al escribir la música de nuestra vida. Nuestra parte debe ser aprender la melodía y no abandonar en las “pausas”. Ellas no están allí para ser pasadas por alto o ser omitidas, ni para perturbar la melodía o alterar el tono.
Recuerda además que la pausa no dura mucho… ¡apenas sirve para continuar la melodía!
La generosidad: La propina
En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de diez años entró en una heladería y se sentó a una mesa.
-¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?- pregunto el niño.
- Cincuenta centavos – respondió la camarera.
El niño sacó su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas.
- Y ¿cuánto cuesta un helado solo? - volvió a preguntar.
Algunas personas estaban esperando por una mesa y la camarera ya estaba un poco impaciente.
- Treinta y cinco centavos - dijo ella bruscamente.
El niño volvió a contar las monedas…
- Quiero el helado solo - dijo el niño.
La camarera le trajo el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue.
El niño terminó el helado, pagó y se fue.
Cuando la camarera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio: allí, puesto ordenadamente en el plato vacío, había quince centavos... su propina.
La igualdad: Examen... de conciencia
Durante mi segundo semestre en la escuela de enfermería, nuestro profesor nos dio un examen sorpresa. Yo era un estudiante consciente y leí rápidamente todas las preguntas, hasta que leí la ultima: "¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela?”
Seguramente esto era algún tipo de broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Ella era alta, cabello oscuro, como de cincuenta años, pero, ¿cómo iba yo a saber su nombre? Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco.
Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen.
"Absolutamente", dijo el profesor. "en sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes. Ellos merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y digan hola ”.
El valor de lo propio: El anuncio del periódico
Un comerciante se encontró con un amigo escritor y le dijo: “Necesito vender mi propiedad, que tú tan bien conoces, ¿no te importaría redactarme un anuncio para ponerlo en el periódico?”
Y el amigo escribió: “Se vende encantadora propiedad, donde cantan los pájaros al amanecer en las extensas arboledas, rodeado por las cristalinas aguas de un lindo riachuelo. La casa, bañada por el sol naciente, ofrece la sombra tranquila de las tardes en la varanda.”
Algunos meses después, volvieron a encontrarse y el escritor le preguntó al comerciante si ya había vendido su tierra:
- No pensé más en eso - dijo el hombre - ¡Después de que leí el aviso que usted me escribió, me dí cuenta de la maravilla que tenía!
La fe : Entregarse
Imagina que un Ángel está a tu lado en estos momentos... Silencio... Quédate tranquilo y piensa en todos los problemas que te gustaría solucionar. Todo lo que te angustia, te hace llorar, te oprime, te preocupa, te deja triste. Hasta tu miedo del futuro, de equivocarte, de escoger el camino errado... Piensa ahora en todo eso...
Abre tu corazón e imagínate entregando todo eso a Dios, a la Vida, al Universo o a Aquello en lo que tú creas. Coloca tus manos en posición de entrega. Imagínate entregándolo ahora, como quien entrega un saco bien pesado a otra persona para que lo lleve.
Ahora, imagina todo lo bueno que tu quieres que suceda, o lo que ya haya acontecido en tu vida. Momentos de felicidad, de amistad, de cariño, de paz, de amor…
Coloca todo en tus manos, imaginariamente, y haz el gesto de guardarlo en tu corazón, como se guarda una joya en una cajita. Coloca aquel tesoro guardado muy dentro de ti, y di “Gracias”, con mucha fe, de corazón. Agradece... por todo lo bueno que quedo y por todo lo malo que salió.
Cuenta hasta tres y respira bien profundo.
Ahora... imagina que el Ángel voló y se llevó tus oraciones hasta Dios.
Como mayor agradecimiento, envía esta bendición a quien tu crees que lo necesita y que pueda estar necesitando de ayuda. Incluso para aquellas personas que aparentan estar maravillosamente bien.
Y que DIOS te bendiga... Hoy y siempre
El amor: La aceptación de todo
Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo para curarse una herida en la mano. Tenía bastante prisa y, mientras se la curaba, le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer.
Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar porque tenía un Alzheimer muy avanzado.
Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
- No – me dijo – Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.
- Entonces – le pregunté extrañado – y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?
Me sonrió y, dándome una palmadita en la mano, me dijo: “Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella”.
Y es que el verdadero amor es la aceptación de TODO lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya nunca más podrá ser”.