miércoles, 7 de julio de 2010

El amor: La aceptación de todo

Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo para curarse una herida en la mano. Tenía bastante prisa y, mientras se la curaba, le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer.
Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar porque tenía un Alzheimer muy avanzado.
Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
- No – me dijo – Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.
- Entonces – le pregunté extrañado – y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?
Me sonrió y, dándome una palmadita en la mano, me dijo: “Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella”.
Y es que el verdadero amor es la aceptación de TODO lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya nunca más podrá ser”.